Pertenecí a la primera generación de alumnos que formaron parte del Colegio Fraternidad. Guardo lindos recuerdos de esa y de toda mi época escolar. En lo personal, hay cosas que recuerdo con mucho cariño. Como, por ejemplo, mis primeras clases de educación física, recuerdo que el admirable gimnasio que actualmente existe, aún no estaba listo. Sin embargo, los profesores se esforzaban en hacer clases sumamente formativas y didácticas.
Recuerdo también cuando la actual cancha de pasto sintético era un sitio vacío con superficie de tierra. En fin, en el año 2012 era un establecimiento novicio, sin duda incomparable a la infraestructura que el Colegio posee actualmente. Esto me hace sentir en extremo orgullosa, ya que presencié en primera fila el crecimiento y desarrollo del Colegio, el que, aunque partió siendo bueno, hoy en día se sigue superando.
Actualmente, me doy cuenta de muchas cosas que antes no notaba. Además de todo lo que implica la infraestructura y el nivel del Colegio, también y de gran relevancia, está la calidad que tienen los Docentes del Colegio. Docentes que con mucha vocación enseñan día a día, vocación que en este periodo de pandemia queda aún más evidenciada.
No puedo dejar de mencionar, la fraternidad que existe en el Colegio y esto, sin involucrar el nombre del Colegio, ya que, bajo situaciones difíciles o sucesos adversos, la comunidad educativa siempre ha estado ahí para brindar ayuda en lo que se requiera, sin importar nada.
Si bien, la mayor parte de mi formación como persona se la debo a mi familia, también agradezco al Colegio Fraternidad por haber contribuido enormemente en ello. Esta impresión no es solo mía, sino que también de mi familia, agradecemos inmensamente por haberme entregado las mejores herramientas para crecer y desarrollarme como persona.
No puedo dejar de mencionar a mis hermanas, que afortunadamente también han sido formadas por el Colegio Fraternidad. Mi hermana mayor, quien actualmente es estudiante de segundo año de medicina y mi hermana menor, formando parte del actual séptimo básico B, al cual yo también pertenecí hace un par de años atrás.
Creo firmemente que los valores que me fueron inculcados por el Colegio han contribuido extremadamente a mi desarrollo como persona y actualmente, también como Cadete Naval y futura Oficial de Marina.
Recuerdo con mucho cariño al establecimiento que me acogió durante casi una década y guió mis pasos hasta donde estoy hoy. Por sobre todo, recuerdo con mucho cariño a los funcionarios que hacen que este establecimiento sea el Colegio Fraternidad: tíos de la biblioteca, secretarias, enfermera, trabajadores de planta, inspectores, directivos y a mis profesores.
Realmente espero que todos los alumnos, al igual que yo, puedan apreciar lo privilegiados que son al tener todas las herramientas que están a su alcance como parte del Colegio Fraternidad, y a la vez, que sepan y puedan aprovecharlas al máximo.
Sofía Barra Suárez.
Ex alumna