RODRIGO CONTALVA MUÑOZ Jefe de UTP Colegio Fraternidad Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales Máster en Investigación y Cambio Educativo
El Jefe de la Unidad Técnico Pedagógica es el Docente Directivo Superior, responsable inmediato de organizar, coordinar y supervisar el trabajo Técnico-Pedagógico de los distintos organismos del Colegio, de manera que funcionen eficiente y armónicamente. En todas sus acciones coordinará las instrucciones impartidas por el Rector con las necesidades y disponibilidades de los organismos a su cargo.
En este marco, el Colegio Fraternidad pondrá su foco en el aprendizaje de los alumnos(as). Esto es, organizar la dinámica del aprendizaje a través de la comprensión del «núcleo pedagógico» (Elmore, Richard. 2010) que está compuesto, de manera muy simple, por el profesor(a) y el alumno(a) en presencia de los contenidos.
Junto a lo anterior, la instalación de una cultura de práctica docente y pedagógica fuerte, visible, transparente y común; que permita a sus profesores(as) ser capaces de observar, analizar e incidir sobre esas prácticas a través de juntas pedagógicas.
La dinámica de aprendizaje, coloca la tarea educativa en el centro del núcleo pedagógico, comprendiendo que la tarea educativa es el trabajo efectivo que se le pide a los alumnos(as) que realicen en el proceso de aprendizaje: no lo que los profesores(as) piensan que le están pidiendo a los alumnos(as) que hagan, o lo que el currículo oficial dice que deben hacer, sino lo que están efectivamente haciendo.
El hecho de poner el foco en el núcleo pedagógico ancla el mejoramiento escolar en las interacciones efectivas entre profesores(as), alumnos(as) y contenidos en la sala de clases y brinda un foco común en la práctica de las juntas pedagógicas.
De esta forma, el trabajo predice el desempeño, pues la práctica de las juntas pedagógicas brinda un método para observar el trabajo académico, predecir lo que los(as) estudiantes van a saber como consecuencia de lo que se les pide que hagan, y entregar orientación sobre el siguiente nivel de exigencia para que los alumnos(as) adquieran mayores niveles de desempeño.
La redición de cuentas, o trabajo evaluativo, comienza en las tareas que se les asignan a los alumnos(as). Si las tareas no reflejan las expectativas del sistema de rendición de cuentas externo, o nuestras ideas más virtuosas acerca de lo que los estudiantes debieran saber y ser capaces de realizar, no deberíamos esperar encontrarnos con los resultados reflejados en las mediciones externas de desempeño.
Desde esta perspectiva, la opción curricular que adopta el Colegio es un modelo de aprendizaje-enseñanza que permita el desplazamiento de un aprendizaje orientado a funciones mecanicistas y reiterativas hacia uno abstracto e innovador, que permita al alumno y alumna que desarrolle sus capacidades de aprender por sí mismo, aprender a usar lo que sabe, se acostumbre a investigar y a trabajar de manera colaborativa, tome decisiones sobre la base de información adecuada y se torne competente en diversos dominios del saber hacer. A través del modelo de enseñanza – aprendizaje, se promueve un desarrollo de habilidades orientadas a competencias cognitivas superiores, para que el estudiante logre a través de la reflexión y la meta cognición el autoaprendizaje.
Este paradigma es el socio- cognitivo; se llama cognitivo, ya que señala cómo aprende el que aprende, qué capacidades, destrezas y habilidades necesita para aprender.
Por otra, parte es social, pues el aprendiz (estudiante) aprende en el escenario de la vida y del Colegio, donde existe un modelo de cultura. La cultura social equivale al conjunto de capacidades y valores, contenidos y métodos que utilizan una sociedad determinada y la cultura escolar equivale a lo que los adultos queremos que los niños y jóvenes aprendan en el Colegio. Desde esta perspectiva y con el objeto de proveernos plasmar estas concepciones en la prácticas escolares que garanticen el aprendizaje de los alumnos(as), acudiremos a la utilización de los modelos de planificación docente que puedan tributar a lograr ese objetivo.
En consecuencia, el Colegio Fraternidad, como institución y los profesores como mediadores desarrollan capacidades (como herramientas mentales) y los valores (como tonalidades afectivas) son los objetivos en el diseño curricular aplicado y los contenidos (formas de saber), junto con los procedimientos – métodos (formas de hacer) son los medios para conseguir los objetivos. De acuerdo a lo anterior, el currículum contiene O.F.T. (valores) y O.F. (capacidades), contenidos, métodos y procedimientos.
Lo anterior, implica que la educación debe cambiar sus prácticas, para así lograr en el estudiante el desarrollo de las capacidades, para desenvolverse en la sociedad actual. Es por ello que el Colegio Fraternidad debe entregar los objetivos en forma de capacidades – destrezas y valores – actitudes y al mismo tiempo orientar los contenidos y métodos a su desarrollo y consecución.
En las reformas educativas actuales, está clara la necesidad de aprender contenidos como formas de saber y métodos /procedimientos/actividades como formas de hacer. Para ello debe orientarse al desarrollo de capacidades y valores para mejorar la «inteligencia afectiva» del aprendiz.
Hoy en día se necesita un modelo de aprendizaje – enseñanza donde se parte de cómo aprende el que aprende (capacidades y valores del aprendiz) para luego desarrollarlos por medio de la enseñanza de contenidos (formas de saber) y métodos (formas de hacer); en otras palabras, la enseñanza se subordina al aprendizaje.
«Todos nuestros alumnos aprenden» será una afirmación que en el Colegio Fraternidad comience a hacerse realidad desde la generación de ambientes propicios para el aprendizaje de todos nuestros alumnos y alcance al docente en tanto profesional responsable de los logros de los alumnos y alumnas.
Nuestra propuesta, hará uso también de las trayectorias de aprendizaje, que buscan contribuir al mejoramiento de la enseñanza a través de un «itinerario» capaz de orientar el trabajo de los profesores en la sala de clases con el fin de generar estructuras de aprendizajes más efectivos.
El diseño de los criterios de nuestro marco curricular responde a elementos específicos en que deben centrarse los profesores, el hilo conductor que recorre todo el marco curricular consiste en involucrar a los alumnos en el aprendizaje y contenidos importantes.
Cuatro preguntas básicas deberá responder el marco curricular del Colegio Fraternidad: ¿Qué es necesario Saber?, ¿Qué es necesario saber hacer?, ¿Cuán bien debemos hacerlo? y ¿Cuán bien lo estamos haciendo?
Nuestro modelo curricular responde, a nivel macro, a las exigencias del Ministerio de Educación, Planes y Programas de estudio, las orientaciones didácticas y metodológicas para llevar a cabo el proceso de aprendizaje.
En un segundo nivel, responde a las exigencias impuestas por nuestro modelo y proyecto curricular según las necesidades educativas de los alumnos del colegio Fraternidad.
En un tercer nivel, responde al foco de nuestro modelo, en lo referido a las competencias de cada profesor en la planificación de la trayectoria de los aprendizajes de los alumnos del Colegio Fraternidad en una secuencia lógica de: actividades diarias de clase, contenidos, Aprendizajes Esperados, Indicadores a Evaluar y Evaluación.
De esta manera, lo que suceda al interior de la clase será fundamental, para lo cual el nivel de los contenidos, las actividades, los medios utilizados deberán estar en coherencia con el objetivo de que el alumno asuma el rol de primer actor en sus aprendizajes y con ello se pueda hacer efectiva la construcción de conocimientos.
Estas relaciones dinámicas que se dan entre las personas que pertenecen a la comunidad escolar la denominamos «Convivencia Escolar» y se manifiesta a través de las conductas individuales y sociales que los(as) alumnos(as), profesores(as), asistentes de la educación, padres, madres, apoderados y directivos del Colegio presentan en el día a día al interior del aula, en los recreos, el gimnasio, en las reuniones, actos cívicos y ceremonias, etc. En definitiva, oportunidades para enseñar y aprender a vivir juntos en distintos espacios formativos.
El Colegio Fraternidad, reconociendo la experiencia nacional e internacional, asume una manera de intervenir formativamente en la convivencia escolar a través del «Modelo Integrado de Mejora de la Convivencia», que se define como un «conjunto integrado de planteamientos de índole educativo, que tratan de argumentar y de justificar una serie de comportamientos y de actuaciones concretas que se adoptan normalmente desde una perspectiva de colegio, para prevenir y hacer frente a los problemas de disciplina».
Esta experiencia de formación en la convivencia con otros, es asumida al interior del Colegio Fraternidad como un acuerdo, como un «Pacto de Convivencia» que se sustenta en un sistema de normas participativamente elaboradas y que entiende los conflictos de la convivencia escolar y su resolución pacífica como una dimensión de la educación.
Junto a lo anterior, este pacto se sostiene fundamentalmente en un sistema de diálogos y el desarrollo de capacidades para el tratamiento de conflictos de los diferentes estamentos del establecimiento. De esta manera, el diálogo se transforma en la herramienta de intervención que permite la mejora de la relación entre las partes en conflicto.
En definitiva, la incorporación de un sistema de diálogos que se ocupa de interactuar e incidir en la relación directa entre una «víctima» y su «agresor». Será el diálogo entre las partes, por iniciativa propia o a través de «agentes» (profesor, alumnos, especialista o apoderados) mediadores de conflictos habilitados y capacitados para ello, quienes tratan de llegar a acuerdos.
La comunidad educativa participa activamente de la situación, pues está enterada del proceso que se sigue. Además, le otorga legitimidad y estatus, pues no minimiza, ni connota negativamente, lo ocurrido. Sus estructuras organizativas tienen el cuidado de otorgarle atención al conflicto. Desde esta perspectiva introduce cambios en el currículum escolar, favorece la colaboración con las familias y el Colegio, toma decisiones que afronten la influencia del contexto social cercano del alumnado, revisa el clima y las interacciones del aula y se ocupa del diseño y desarrollo de medidas organizativas directamente relacionadas con la mejora de la convivencia.