A un año del inicio de la pandemia, poco a poco los aprendizajes adquiridos durante este proceso han comenzado a manifestarse tanto a nivel académico como personal. Sin embargo y, a la par de los retos que se enfrentan a nivel global, todavía hay grandes desafíos presentes en el transcurso de los días. Factores como el desánimo, la soledad o la falta de organización persisten en desestabilizar el universo cotidiano; es, dentro de lo descrito anteriormente, que el colegio toma un rol relevante en la búsqueda de soluciones.
Aquel marzo de 2020 la incertidumbre respecto a qué pasaría con las clases fue generalizada. Por fortuna, la rápida instalación de la modalidad online me ayudó a mantener la calma a lo largo de los primeros meses. Es así que, con las distintas urgencias del momento, el establecimiento ha demostrado su capacidad de afrontar las nuevas necesidades con destreza y preocupación por las personas que integran la comunidad educativa.
El estar solo durante períodos más largos ha dado lugar a un estado de introspección que me permite reflexionar sobre un sinfín de aspectos de la vida en pandemia y, con ello, valorar mi propia compañía. Pese a ello, aún existen fuertes momentos de desconexión con la realidad. Es en este escenario que la implementación de las tutorías ha revitalizado el vínculo entre estudiantes y docentes en tiempos en los que la distancia social nos vuelca hacia el aislamiento, recordándonos que la comunicación y apoyo mutuo son elementos imprescindibles para seguir avanzando en conjunto.
Agradezco a mis profesores y profesoras por el enorme esfuerzo plasmado en sus respectivas asignaturas. Su dedicación para convertir las clases en un espacio dinámico e interactivo ha impulsado mi desempeño escolar bajo las actuales condiciones. Es una labor por la que, sin dudas, debemos responder desde los cursos a través de nuestra participación activa en cada una de las videollamadas.
Aún queda mucho por hacer, por ende, el llamado a continuar con el formidable trabajo que se ha realizado es importante. Cuidémonos, dejemos a un lado la indiferencia y apostemos por la fraternidad.
Finalmente, para terminar este relato, parafraseo a Octavio Paz y puedo decir que, hoy, en medio de una crisis que no da tregua, por primera vez en nuestra historia, somos contemporáneos de la humanidad entera.
Benjamín Sanzana Puga
Segundo Medio A