A las 13.00 horas en punto de este miércoles 5 de diciembre, los y las alumnas del quinto año A de nuestro establecimiento, caminaban entusiasmados y nerviosos por los pasillos de nuestro establecimiento.
Se mezclaban la ansiedad, la tarea a cumplir y la alegría de que por fin llegaba el día que ellos habían planificado: Una tarde de entretención, solidaridad y por sobre todo compartir experiencias y traer nuevas vivencias.
Luego de cargar colchonetas para gimnasia, aros, cintas, de pintarse la cara, de vestirse de payasos, las bailarinas, gimnastas y magos se confundían entre los y las encargadas de los juegos entretenidos que harían en el Centro Los Aromos de Coanil, en Hualpén.
El viaje fue de cantos, risas y mucha alegría. Las energías sobran cuando se trata de ser fraternos con otros, con aquellos y aquellas que una visita como la que se había planificado este día es muy bienvenida. Y no nos equivocamos. Apenas llegamos, hubo una recepción afectuosa y cálida de los encargados del centro así como de los niños y jóvenes que estudian y alojan allí.
El tiempo se hizo corto. Entre presentaciones de títeres, magia, juegos, compartir una once, bailes y acrobacias, la integración, uno de los propósitos planteados por los alumnos, se cumplió cabalmente.
Esta tarde quedará en la retina de los y las alumnas del quinto A. Desde el profesor jefe, los apoderados que acompañaron y los alumnos y alumnas del curso quedamos muy agradecidos al Centro Los Aromos de Coanil- Hualpén, en primer lugar, por abrirnos sus puertas y permitirnos que nuestros y sus niños sigan creciendo íntegros porque el mayor aprendizaje de hoy es que pese a las dificultades de todos, la vida es bella.
